domingo, 20 de octubre de 2013

                                INTRODUCCIÓN.

Si los valores no son cosas y ninguna cosa nos es indiferente, pues nos agrada o nos desagrada, juzgamos a los valores o impresiones subjetivas por el agrado o desagrado que las cosas nos producen, es decir los valores nos parecen puramente subjetivos (apreciaciones del sujeto), y dentro del subjetivismo (así se le llama a esta corriente) existen a su vez matices fisiológicos (Robot: “El único gran valor para la inmensa mayoría de los hombres, es el que satisface sus necesidades y apetitos”); matices sociológicos (Dukheim opina que “Los valores dependen de la conciencia colectiva de la sociedad”) y matices metafísicos (J. P. Sartre: “Es nuestra propia elección y libertad la que hace que una cosa o un hecho, sea considerado con o sin valor”).

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