INTRODUCCIÓN.
Si
los valores no son cosas y ninguna cosa nos es indiferente, pues nos agrada o
nos desagrada, juzgamos a los valores o impresiones subjetivas por el agrado o
desagrado que las cosas nos producen, es decir los valores nos parecen
puramente subjetivos (apreciaciones del sujeto), y dentro del subjetivismo (así
se le llama a esta corriente) existen a su vez matices fisiológicos (Robot: “El
único gran valor para la inmensa mayoría de los hombres, es el que satisface
sus necesidades y apetitos”); matices sociológicos (Dukheim opina que “Los
valores dependen de la conciencia colectiva de la sociedad”) y matices
metafísicos (J. P. Sartre: “Es nuestra propia elección y libertad la que hace
que una cosa o un hecho, sea considerado con o sin valor”).
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